En la edición 2001 del Gran Premio de España, Mika Häkkinen tuvo un final de carrera que pocos se esperaban: después de liderar durante toda la carrera, un fallo mecánico dio al traste con la que hubiera sido su primera victoria del año en la última vuelta – no ganaba desde su célebre adelantamiento a Michael Schumacher en Bélgica 2000. El propio alemán de Ferrari fue quien recogió el testigo y la victoria por delante de Juan Pablo Montoya y Jacques Villeneuve.